jueves, 12 de diciembre de 2013

RESIGNADOS AL SUBDESARROLLO


Hace una semana leí en la revista EL ESTADISTA, una nota de Julio Burdman titulada " Un presidente para Vaca Muerta", en donde el autor planteaba la necesidad encontrar una dirigencia  que permita aprovechar la inevitable catarata de dólares que ingresaran cuando el yacimiento, también de forma inevitable, comience a producir. El ejemplo que utilizaba Burdman era  que  Vaca Muerta era como ganarse la lotería y como la lotería puede solucionar los problemas de una familia por generaciones, o destruirla rápidamente permitiendo que el dinero se le escape, porque lo único que sabe hacer con él es gastarlo. Resumiendo con petroleo se puede ser Noruega o Venezuela y eso es lo que debería estar pensando la elite.

Ayer a la noche conversando con un familiar muy querido, que adhiere al modelo aplicado desde 2003, cuando le hice la pregunta sobre que seria la Argentina una vez que Vaca Muerta empiece a producir,  decididamente me contestó que seriamos Venezuela, y lo argumento desde lo "étnico" somos latinos (yo creia que Max Webber era un sociólogo superado), y lo enfatizó diciéndome  "es así Gustavo acostumbrate".

La falta de una elite política en los últimos ochenta años,  capaz de consensuar un sistema que en lo económico permita generar un modelo de acumulación autosustentable, y que en lo social aliente la inclusión no solo desde el consumo, sino también desde lo cultural y básicamente desde lo ciudadano, han llevado a nuestra sociedad a una situación que califico de RESIGNACIÓN AL SUBDESARROLLO. 

Sin duda la resignación es  peor que el fracaso, porque la resignación carece de acción. Para fracasar hay que intentar por lo menos hacer algo, para resignarse ni siquiera hace falta eso.

La resignación nos inunda, estamos resignados a que los precios aumenten, a que las barras bravas no nos permitan ir a la cancha, a que el narcotráfico se este instalando casi en forma abierta el país, a tener una crisis cada 10 años, a ser gobernados siempre por los mismos, a viajar en los trenes como ganado, a que nos mientan, a involucionar en lo educacional, a que se degrade la escuela pública, al desinterés del poder por construir ciudadanía, etc.

Vaca Muerta es una oportunidad única, aspiremos a ser Noruega, no por lo rubios o aburridos,  sino por lo desarrollados, lo igualitarios, lo  educados. Si esa no es la meta seremos (si ya no lo somos) una sociedad resignada al subdesarrollo.


P.D. Noruega en los setenta, antes del descubrimiento de petroleo en el Mar del Norte, era una de los países menos desarrollados de Europa con una economía basada en la pesca del bacalao. Hoy es uno de los   mas igualitarios de Europa y con mayor nievel de vida, siendo que históricamente se la denominó la cenicienta de escandinavia.


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